Ideas para crear proyectos de futuro: Que, como, cuando, donde

El mundo empresarial tras la reciente crisis del COVID va a sufrir una profunda reconversión. La supervivencia de cada empresa dependerá, en gran medida, de sus proyectos de futuro y, no solo de la calidad de estos, sino también de su forma de llevarse a la práctica, porque como ya hemos dicho en alguna ocasión, no existen buenas o malas ideas, simplemente algunas de ellas no llegan en el momento indicado o no se desarrollan correctamente.

Para emprender un nuevo proyecto empresarial ya sea para crear una nueva organización o mejorar y/o ampliar una ya existente, debemos tener en cuenta 4 preguntas: Qué, cómo, dónde y cuándo; es decir, qué hacer, cómo hacerlo, dónde hacerlo y cuándo hacerlo.

En primer lugar, el qué hacer, es con total seguridad la parte más difícil de iniciar un nuevo proyecto; puesto que tenemos que crear ese proyecto, idearlo en nuestra cabeza para poder después plasmarlo.

En este punto, va a ser clave el concepto “Ideación”. Idear es crear ideas, para llevar a cabo este difícil proceso es necesario seguir dos fases:

  • La primera de ellas es la generación de ideas: crear un gran número de ideas aquí lo importante es la cantidad, cuantas más sean mucho mejor.
  • La segunda de las fases es la síntesis de estas ideas: Trabajar sobre todas las que han surgido, comenzar a filtrarlas, descartar aquellas que no vemos útiles o posibles e ir seleccionando un número reducido de las ideas que hemos previamente creado.

Es importante en esta fase de ideación del proyecto, barajar diferentes posibilidades, tener capacidad de crítica y por supuesto, ser flexible. No se debe copiar a la competencia ni tomarla como referencia, pues seguro que, tomando ese camino, el proyecto no llegará a consolidarse. Debe primar el trabajo en equipo, cuantas más personas se dediquen a crear => mayor número de ideas obtendremos y de mejor calidad.

Estas distintas ideas pueden ser muy dispares entre sí; algunas pueden querer mejorar la empresa en general, otras abrir una nueva línea de negocio, otras centrarse en alguno de los ítems importantes de la misma: proveedores, clientes, costes, alianzas, producción son algunos ejemplos. Sea cual sea de la tipología que sea la idea que adoptamos su fin último debe ser generar valor añadido para el cliente y como consecuencia de ello incrementar nuestros ingresos.

Una vez hemos decidido nuestro nuevo proyecto, es decir hemos tomado una decisión a cerca de qué idea llevar a la práctica, debemos responder a la segunda de las preguntas planteadas al principio: Como hacerlo. Si bien hemos dicho en los apartados anteriores que la primera pregunta era de vital importancia esta no lo es menos.

Llegados a este momento del proyecto la empresa a de decidir cómo va a llevar a cabo su proyecto, principalmente hay tres formas:

  • La primera, realizarlo con medios propios, es decir que sea la propia organización la que materialice su idea, usando sus recursos propios, logística, trabajadores, instalaciones, equipos… en definitiva poniendo toda su infraestructura empresarial como soporte de esa nueva idea.
  • La segunda de las vías es realizar alianzas estratégicas con otras empresas ya sean del sector o no. Si son del propio sector, esta fórmula es interesante a la hora de reducir costes y el riesgo, pues si el proyecto no prospera las consecuencias no son tan catastróficas. La dificultad aquí radica en poner en consonancia a distintos equipos de trabajo y ser capaces de que prime el nosotros sobre el yo, pero como gran ventaja obtenemos más personas que nos pueden aportar una visión nueva del proyecto y mejorarlo. De este tipo de alianzas han surgido grandes ideas, como por ejemplo el Blu – ray el cual fue desarrollado de forma conjunta por varias empresas del sector audiovisual. La opción de establecer alianzas con una empresa de distinto sector es otra fórmula muy común. En ella se pone en contacto a excelentes profesionales de distintos ámbitos para que cooperen, esto puede no ser fácil puesto que las formas de trabajar varían en cada sector. Gracias a esta vía se pueden emprender proyectos más potentes ya que la organización con la que establecemos la unión puede no solo aportar otra visión al proyecto, sino que también desarrollar esa idea con mucha más facilidad, eficacia y eficiencia.
  • La tercera vía para responder a la cuestión, como realizar el proyecto, es acudir a una consultora estratégica de empresa, como nuestra consultora IMS (Ideas Market Solutions), esta opción está siendo cada vez más demandada, puesto que es la más fiable. Gracias a este tipo de servicios la realización de los proyectos es guiada y pautada por la Consultora: desde el inicio de este con el perfeccionamiento de la idea, puesto que su visión del mundo empresarial nos puede ayudar a terminar de perfilarla, hasta el fin del proyecto. La consultoría 360º ofrece infinitas posibilidades; ayudar con la creación de un nuevo proyecto desde cero, como es crear una sociedad, perfeccionar proyectos ya existentes de mejora integral de la empresa o proyectos basados en conseguir que la empresa crezca: ya sea con su internalización, ampliar sus líneas de negocio, mejorar su equipo, optimizar sus recursos etc…

Una vez hemos establecido en nuestro proyecto el qué y el cómo debemos ocuparnos de la tercera parte de la ecuación; dónde realizar nuestro proyecto, este dónde en ocasiones es muy obvio y en otras muchas no tanto.

Para dar en el clavo con el dónde es muy importante haber acertado previamente con el qué y el cómo. Pues en función de esas dos primeras preguntas estableceremos el dónde. Este donde variará en función del tipo de proyecto que tengamos entre manos, si nuestro proyecto por ejemplo va encaminado a la internacionalización, deberemos decidir hacia donde queremos ampliar nuestro negocio, a que parte del mundo. Si, por el contrario, nuestro proyecto es mejorar nuestra logística de distribución a través de la creación de un centro de distribución necesitamos saber el punto geográfico donde situar un centro de distribución.

Esta decisión del dónde, aunque también resultará importante, si la idea y por consecuencia el proyecto es bueno triunfará independientemente del lugar, eso sí, habrá que adaptarla a las circunstancias específicas de cada lugar.

Una vez llegados a este punto, la última parte para materializar nuestro proyecto debe ser responder a cuándo realizarlo. En este punto, son dos los factores importantes a tener en consideración.

En primer lugar, ser consciente de si uno mismo o su empresa está preparado, en definitiva, si tengo la estructura empresarial necesaria para poder hacer realidad la idea. Puede ser que la idea sea brillante, mi manera de desarrollarlo sea óptima y el lugar inmejorable, pero si no estoy preparado para soportar todo lo demás fracasaré.

En segundo lugar, es necesario conocer si el mercado está preparado, es decir, si es el momento de esa idea, puede ser que el proyecto sea muy bueno pero su momento ya haya pasado o aun esté por llegar. Por esto último es importante tener en cuenta que no hay ideas buenas o malas simplemente hay que encontrarle el momento a cada una.

Todas las fases que hemos enumerado y descrito, aunque han sido analizadas por separado, no son compartimentos estancos, sino que se encuentran estrechamente ligadas entre sí y se complementan y mejoran unas a otras con el finde conseguir que lo que comenzó como una vaga idea imposible se transforme en algo totalmente nuevo.

A modo de breve conclusión, es necesario recalcar la importancia de estar siempre pensando e ideando nuevos proyectos que podamos emprender para mejorar como empresa en todas las facetas. Para acabar, me gustaría enfatizar la importancia del pensamiento y especialmente del pensamiento crítico, es decir, hacerse infinidad de preguntas sobre lo que estemos ideando. Como ejemplo de esto encontramos a Albert Einstein quien decía que de una hora de su tiempo dedicaba 55 minutos a pensar y tan solo 5 a ejecutar, quizás en un mundo tan acelerado como el actual deberíamos imitar el bueno de Einstein y pensar y reflexionar antes comenzar a actuar, cuanto tiempo nos ahorraríamos así.